Algunos de los fundamentos de la civilización occidental más importantes del siglo XIX son el producto de un pensamiento viciado, y dichos fundamentos trajeron consigo resultados catastróficos.
Es poco común encontrar a alguien que no sólo conserve esos primeros puntos de vista, sino que además construya sobre ellos toda una superestructura de significado filosófico. Ayn Rand fue una persona así.
Las ideas pueden ser poderosas. Si son buenas, todos nos beneficiamos; pero las malas pueden resultar en efectos desastrosos. En esta serie, Visión analiza seis ideas prominentes de nuestros tiempos, conceptos que inspiran nuestras reflexiones y el lenguaje que usamos. Con todo, cada una de ellas adolece de defectos fundamentales.