El big bang «probablemente no es una teoría correcta»
«La mayoría de los astrofísicos y cosmólogos creen que cuentan con una justificación para ignorar la evidencia de corrimientos al rojo anómalos; piensan que lo que se cree imposible siempre será imposible sin importar cuán sólida sea la evidencia».
El modelo más aceptado sobre el origen del universo es conocido como el big bang (la gran explosión) y se describe como el instante imaginado de la creación ocurrido hace 15 mil millones de años; una teoría que ha influido en la astronomía durante más de 75 años.
Aunque la idea de un comienzo explosivo se remonta a mediados del siglo XIX (vea El Universo Paralelo de Poe), no todos están convencidos de que el big bang sea algo más que un mito.
Geoffrey Burbidge es un científico que rechaza la teoría del big bang. Físico de la Universidad de California en San Diego, Burbidge es mejor conocido por su trabajo relacionado con el origen de los elementos dentro de las reacciones nucleares de las estrellas. Ahora, a sus ochenta y tantos, lleva presentando argumentos contra el big bang por más de 50 años.
«No me apego al punto de vista de 99% de las personas que sostiene en estos días que en realidad sí ocurrió el big bang», comentó Burbidge en una reciente entrevista a un colaborador de Visión, el escritor Dan Cloer. «Este tema tiene una larga historia y se ha convertido en una moda casi imposible de evitar en los últimos 10 o 20 años, pero probablemente no es una teoría correcta».
En los siguientes extractos de su conversación Burbidge explica la evidencia que sostiene teorías alternas, el significado filosófico de la idea del big bang y la tendencia que continúa promoviéndola.
Sobre la Teoría del Estado Estacionario publicada en 1948 por Fred Hoyle:
«El estado estacionario era extremadamente impopular debido a que, por razones religiosas, en esos días a la gente le agradaba la idea de un principio, puesto que se asemeja a lo descrito en el Antiguo Testamento. Y al mundo occidental le agrada esa idea; después de todo, el Papa, como muchos otros, la avalaba; sin embargo, en 1968 Fred pronunció un tristemente célebre discurso ante la Real Sociedad titulado ‘Ocho crisis’, en el cual demostró que las observaciones que, según los proponentes del big bang invalidaban la teoría del estado estacionario, no conseguían tal objetivo. Así que a la gente no le agradaba la teoría del estado estacionario, pero era una alternativa al big bang.
«Existen muchísimas cosas que no comprendemos. En realidad lo que ha sucedido con el paso del tiempo es que simplemente se han cometido errores. Einstein se equivocó al suponer que vivimos en un universo estático; Gamow erró al calcular una edad menor del universo (incluso si multiplicamos por 10 esa edad, sus ideas no funcionan).
«Ahora las personas presentan todo tipo de cosas para fabricar galaxias en el universo temprano y no pueden lograrlo sin la presencia de la materia no bariónica o la materia oscura. No existe evidencia para apoyar lo anterior. Es como el éter de la antigüedad, pero no pueden crear galaxias sin ello porque necesitan gravedad adicional sin otras interacciones. También desean un periodo de inflación… el cual no comprenden».
Sobre el origen de la radiación del fondo cósmico:
«Creo que [la temperatura del fondo cósmico del universo de 2.7°K] es una prueba bastante sólida con respecto a que la radiación del cuerpo negro es el resultado de la quema de hidrógeno. Debido a que no tenemos el tiempo suficiente para realizar esto en el periodo asociado con una gran explosión, debemos afirmar que la escala de tiempo del universo es muchísimo más larga. Esta formación de helio no se lleva a cabo en un solo suceso de creación, sino en muchos, a los que llamamos 'mini big bangs', y ocurren en los núcleos de las galaxias.
«Ahora sabemos —y se ha demostrado durante los últimos 40 años— que grandes cantidades de materia y energía se expulsan de los núcleos altamente activos de las galaxias. Entonces, lo que Hoyle, Narlikar y yo desarrollamos a principios de la década de 1990 fue la idea de que la creación no se lleva a cabo en un solo núcleo o en un solo principio, sino que ocurre todo el tiempo en los núcleos de las galaxias. Nadie comprende la física de la creación, pero creo que existen buenas razones para argumentar de dónde proviene en última instancia la energía. Proviene de la radiación estelar y luego disminuye por una sucesión de absorciones y reemisiones de polvo [interestelar] y así sucesivamente en todo el espacio.
«Así que podemos quedarnos con la radiación del fondo cósmico y todas las hermosas observaciones obtenidas, pero no debemos continuar con la aseveración de que fue el siguiente paso del big bang. Aunque ellos no estén de acuerdo, es un argumento convincente».
Sobre la persistencia del big bang:
«Hoyle y yo afirmamos que en los núcleos de las galaxias, en donde sin duda alguna existen objetos inmensos que bien podrían ser agujeros negros, hay regiones con campos gravitacionales muy fuertes en donde las teorías de Einstein necesitan modificarse. Todas las teorías necesitan modificaciones en situaciones extremas. Después de todo, la teoría de Einstein es una modificación de la de Newton, y la llamada teoría del campo C (en la cual trabajaron Hoyle y Narlikar en la década de 1960) requiere de los llamados campos de energía negativa y de la presión negativa.
«En los sesenta a los cosmólogos no les agradaba la teoría de Narlikar debido a que requería componentes como la energía y presión negativas. Hoy han retomado ese punto de vista; ahora ya no es algo mal visto en la física teórica.
«Ciertamente a eso se refieren realmente quienes hablan de la energía oscura, que no es más que creación. Ahora se premia a las personas por descubrir la energía oscura y la aceleración del universo. Todo ello es algo inevitable y parte de no comprender del todo los detalles del proceso de creación.
«No obstante, esto no guía a los cosmólogos de vuelta a las alternativas. Todos se encuentran bajo la influencia de tremendas cantidades de propaganda asociada con el big bang. Tenemos una enorme e impresionante creencia popular en la cosmología. Si se forma parte de una minoría, como algunos de nosotros a lo largo del tiempo (todos contamos con el reconocimiento y hemos tenido logros interesantes, así que no se nos trata demasiado irracionalmente), no es posible obtener fondos para investigación en cualquiera de estas alternativas. Sin dinero no se pueden obtener subsidios de investigación ni tiempo de observación. Tampoco puedo solicitar a jóvenes científicos que trabajen en ese campo debido a que no podré pagarles. Será entonces evidente que existe una ortodoxia casi total en la contratación en todas las mejores instituciones».
Sobre mover cielo, tierra y mar:
«Para la mayoría de las personas, la cosmología equivale al big bang, es un sinónimo. En mi opinión, eso no es cierto, pero ésa es la manera en que ahora todos hablan, trabajan, piensan y esperan; de la misma manera que en 1930 estaban convencidos de que el universo se expandía. Ésta es una idea que las personas adoptan e incluyen en su pensamiento y en sus sueños. Se nos dice que ahora debemos comprender lo que sucedió en una gran explosión.
«Cuando se realizan observaciones, se desea explicarlas. Al principio las personas observaban y lo publicaban sin intentar ajustarlo a una teoría o acertijo, pero las cosas han cambiado. Si hoy se entrega un documento y no se explica a qué corresponde, los jueces y colegas nos perseguirán diciendo que se debe comprender esto, aquello o el otro.
«Lo único que recibimos como científicos es el respeto de nuestros colegas y ese respeto proviene de lo que escribimos o decimos. Si a otros no les gusta, nuestra reputación lo resiente, y para la mayoría de los jóvenes eso significa que no conseguirán empleo o apoyo para su trabajo. Es un sistema perjudicial.
«El problema es que los científicos son personas. Nos gusta pensar que somos gente creativa, y lo somos, pero también —como otras personas— somos conservadores. Podemos afirmar que amamos las nuevas ideas, pero si he estado trabajando en algo durante 20 años, me habré consagrado a ello.
«Tomemos como ejemplo el corrimiento al rojo. Si fuera una medida de longitud de los quásares, entonces las personas que estudian los quásares están estudiando los límites del universo. Todo bien hasta entonces. Pero supongamos que yo no creo que el corrimiento al rojo esté relacionado con la distancia y resultara que tengo la razón. Entonces todos los demás deberán admitir que han desperdiciado los últimos 20 años de su vida. Las personas moverán cielo, tierra y mar para que eso no suceda. He sido testigo de ello en la práctica. La mayoría de las personas no cambia de opinión; la mayoría repite su tesis una y otra vez».