El (Ni Tan) Gran Timonel
Nueva prueba documentada revisa lo que se sabe sobre el «Gran Salto Adelante» de Mao Zedong (1958-62). En su afán de superar a la Gran Bretaña en la producción industrial y agrícola en un plazo de 15 años significó la movilización de millones de campesinos albergándolos en comunas. Movieron a mano miles de millones de metros cúbicos de tierra en mal aconsejados planes de conservación de agua en lo que finalmente fracasaron. Se fundieron metales de todo tipo en hornos en patios traseros, en un esfuerzo por aumentar la producción de acero, pero en su mayoría produjo arrabio inservible. Cada vez mayores cuotas de granos fueron exigidos para la exportación. Todo esto se hizo a un gran costo individual, sólo para llevar a los estragos de lo que posiblemente fue la peor hambruna en la historia de la humanidad.
«La coerción, el terror y la violencia sistemática fueron la base del Gran Salto Adelante».
En la obra Mao’s Great Famine (La Gran Hambruna de Mao, 2010) del historiador Frank Dikötter, este da crónica acerca del periodo de los cuatro años que resuló en la muerte de millones de personas en época de paz. La palabra hambruna disfraza la brutalidad de la catástrofe, ya que muchos fueron aterrorizados deliberadamente, privados de comida y descanso, y asesinados. La estimación revisada de Dikötter de los perdidos suma más de 45 millones—una cantidad basada sólidamente en fuentes chinas. Los responsables de las muertes oscilaron a lo largo del camino ya que el temor y el instinto de conservación agriaron la bondad humana—la maldad y sus seguidores en una fatal combinación. La gente estaba literalmente muerta de hambre, trabajados exhaustivamente, o acusados falsamente para después ser liquidados despiadadamente como enemigos del estado.
Mao tomó su liderazgo de Nikita Khrushchev. El líder soviético aspiraba a derrotar a los Estados Unidos en la producción industrial tras el exitoso lanzamiento del Sputnik 1 en 1957. Sin embargo, al igual que su homólogo soviético, Mao fue incapaz de lograr ese progreso. Tampoco le importaba el sufrimiento humano que estaba engendrando. De acuerdo con Dikötter, «en una reunión secreta el 25 de marzo de 1959, Mao ordenó específicamente al partido recaudar hasta un tercio de todo el grano, mucho más de lo que jamás había sido el caso. En la reunión él anunció que "Cuando no hay suficiente para comer la gente muere de hambre. Es mejor dejar que la mitad de las personas mueran de manera que la otra mitad pueda comer hasta saciarse”».
Finalmente, el Partido Comunista Chino tuvo que admitir que el Gran Salto Adelante fue un error. Pero no llegó a culpar a Mao. Sin embargo, su popularidad declinó y, tal vez en respuesta, en 1966 se puso en marcha otro programa desastre. La Revolución Cultural resultó en la persecución de muchos millones más y la muerte de cientos de miles de personas. El camino estaba despejado para el desarrollo del culto a la personalidad de Mao, que se hizo tristemente célebre.
El sociólogo chino Ji ping Zuo señaló que en 1966 «las calles de Beijing estaban llenas de pancartas con lemas como» ¡Viva el Presidente Mao! «y» estar listo para morir en defensa del Presidente Mao. «Las canciones que los niños cantaban eran una reminiscencia de los himnos occidentales en la alabanza de Jesús. … Mao fue glorificado como "el Sol Rojo", "Gran Maestro", "Gran Líder", "el gran comandante", "el Gran Timonel, y de manera significativa," el Mesías de los Trabajadores».
Todo esto trae a la mente las palabras del verdadero Jesús cuando sus discípulos discutían quién de ellos sería el mayor. Pero Jesús les dijo: «Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que tienen autoridad sobre ellas son llamados benefactores; pero entre ustedes no debe ser así» (Lucas 22:25–26, Reina Valera Contemporánea). Ellos no debían ser como el mundo romano alrededor con los conceptos de autoridad y la grandeza humana, y títulos honoríficos como «benefactor». Vino a decir que el servicio humilde es un atributo clave de la mente convertida. Que llegaría el día cuando ellos tendrían autoridad divina, pero como seres espirituales en el reino de Dios (versículo 30). La «grandeza» Humana y poder sobre los demás simplemente no es el camino de Dios. Su Espíritu nos conduce por un camino muy diferente.