La violencia entre hermanos es tan antigua como Caín y Abel. ¿En dónde está la línea divisoria entre el conflicto «normal» entre hermanos y el comportamiento abusivo, y cómo y cuándo deben intervenir los padres?
El enfoque de «una talla para todos» en la educación no está funcionando, y algunos sostienen que nunca ha funcionado. Lo que se necesita es un modelo nuevo que aproveche y alimente las fortalezas de cada niño y su creatividad.
Los niños, independientemente de sus rasgos heredados, están conformadas por muchas influencias externas. ¿Dónde deberían los padres comenzar para recuperar su papel tradicional como figuras de autoridad y guías morales para sus hijos?
Durante las últimas décadas, un exceso de la literatura ha proclamado la necesidad de inculcar la autoestima en los niños. Sin embargo, algunos expertos reconocen ahora, que el enfoque general aconsejado, está equivocado.
Sin algún tipo de intercambio personal las relaciones humanas no son posibles, sin embargo la comunicación familiar está plagada de peligros potenciales.
Aunque al silencio se le ha llamado «el amigo verdadero que nunca traiciona», un número cada vez mayor de libros sugiere que el silencio es una fuerza destructiva en las relaciones familiares. Afortunadamente, cada vez hay más estrategias efectivas para asegurar una sana comunicación familiar.
¿Qué provoca que las familias se autodestruyan y cómo puede la comunidad en general ayudarlas a sanar y ―quizá lo que es más importante a largo plazo― a prevenir ese problema?